¿Te suenan los nombres de WordPress, Joomla o Drupal? Seguro que sí, son los principales gestores de contenidos para sitios web. Juntos son responsables de más del 25% de las webs de internet.
Pese a su popularidad la mayoría de estos sitios no se mantienen correctamente y dejan de lado las actualizaciones. ¿Conlleva esto algún riesgo? En realidad varios y muy importantes.
Fallos de seguridad
Una enorme cantidad de páginas web son hackeadas diariamente en todo el mundo. Cerca del 90% de los sitios vulnerados corresponden a desarrollos creados utilizando un CMS.
El éxito y popularidad de los gestores de contenidos también tiene sus desventajas. Sin duda la más importante es ser el blanco predilecto de los atacantes, ya que descubrir una vulnerabilidad en su código supone allanar el camino para atacar miles de sitos.
Es importante, por tanto, mantener al día nuestro entorno de trabajo tanto el core como todas sus extensiones. De lo contrario facilitaremos el camino a los atacantes para que puedan vulnerar nuestro sitio.
Publicar artículos falsos, enviar campañas de spam mailing desde nuestro servidor o robar los datos de nuestros usuarios. Son sólo algunos ejemplos de lo que pueden conseguir.
Funcionalidades
La tecnología está en constante evolución y los CMS tratan de adaptarse a ella implementando más y más características.
Mantener un sitio sin actualizar implica perder todas las nuevas funcionalidades, un ejemplo destacado podría ser el de las web responsive (se adaptan automáticamente a móviles y tablets) hace unos años ningún gestor de contenido las implementaba y ahora es una de sus características estrella.
Corrección de errores
Ningún proceso de desarrollo está libre de errores y los CMS no son una excepción.
Es cierto que se testean con eficacia antes de lanzar nuevas versiones al público, pero es imposible detectar todos los errores.
Los programadores corrigen errores, bugs o fallos de compatibilidad con cada nueva versión.
Coste
El coste y la dificultad de recuperar un sitio vulnerado suele ser mucho mayor que el de un mantenimiento regular. Además de poder dañar la imagen de tu marca.